lunes, 11 de noviembre de 2013

Circular: Carreço, Sierra de Santa Lucía, Carreço, "Trilho Da Chão"

Y esta vez la caminata que presentamos en el Blog Grupo De Andainas Rías Baixas es una caminata sabatina.
Y es así porque en la lluviosa mañana del sábado pasado nos acercamos hasta Viana Do Castelo, en Portugal, para participar en una actividad organizada por VianaTrilhos, un grupo de montañismo con el cual ya hemos caminado en alguna otra ocasión.
Como digo, era un día típico de otoño, en que todo tiene una belleza fascinante, y la lluvia, que no había parado de caer durante toda la semana, fue también nuestra compañera casi constante a lo largo de todo el sendero.
Comenzamos el paseo junto al edifício de la Sociedad de Instrução e Recreio de Carreço y nos dispusimos a recorrer los 19 km que en gran parte coinciden con el denominado "trilho da Chão" pero con alguna ligera variación.
Y ya en el comienzo hicimos um pequeno desvío, en busca de la llamada “Laxe da Churra”, una piedra con petroglifos, que nosotros hace unos años pudimos apreciar en toda su magnitud, pero que ahora se encuentran difíciles de ver pues están protegidas por una verja metálica que impide el libre acceso.
Y ya desde ahí comenzamos el ascenso en dirección a la sierra.
Es espectacular la subida por la calzada empedrada en donde se pueden observar perfectamente las huellas dejadas por las ruedas de los carros a lo largo de años y años de sufridos trabajos.
Después continuamos siempre subiendo, por un trazado con mucha vegetación a ambos lados y terreno alternando tierra y piedra,  aproximándonos a uno de los puntos más altos desde donde, en días despejados se puede tener uma visión fantástica consiguiendo ver el mar, con la costa de Vila Praia de Âncora, e incluso el monte de Santa Tecla, allá en nuestra Galicia,  al fondo, en una armoniosa combinación de ambos elementos, sierra y mar, en un verdadero capricho de la naturaleza.
A continuación encontramos uma especie de llanura, lo que sería ya “A Chão”. Allí pudimos observar manadas de caballos salvajes, que ponían la nota de color a esa mañana  húmeda y desapacible mientras nuestra botas amenizaban con su chof, chof al pisar sobre las abundantes pozas que poblaban la campiña.
Tocó hacer un poco más de esfuerzo, subiendo a través de helechos, charcos y tojos,  hasta alcanzar el marco geodésico del Talefe o “Gurita de Couço que señala el punto más alto de la Sierra de Santa Lucía, 550 m. Claro que, con el día tal y como estaba, no tuvimos recompensa y nos perdimos las vistas que desde allí se ofrecen al caminante con otra climatología diferente. Aún así el ánimo no decaía en el grupo ni por asomo.
Por el sonido, sabíamos que nos encontrábamos inmersos en un parque eólico, pero las gigantescas figuras se nos ofrecían sólo muy de cuando en cuando como fantasmas agitando sus brazos en la niebla.
Y así, entre pistas, senderos de matorral bajo, pinares y afloramientos graníticos comenzamos el descenso. Llegados al “Miradouro das Bandeiras” o Alto do Mior, quedamos un poco desilusionados por no poder disfrutar de las vistas de la costa portuguesa, que hace unos años sí pudimos contemplar y que realmente sabemos es una maravilla en días sin niebla y sin la fuerte lluvia, acompañada de viento, como la que en aquellos momentos estaba cayendo sobre nosotros.
A partir de este punto comienza una bajada por terreno de piedra, bonito, pero también difícil para el caminante por encontrarse muy resbaladizo debido a las inclemencias del tiempo.
Y así, acompañados por el estruendo del mar, que escuchábamos pero no veíamos, llegamos al final del recorrido en el mismo punto en que lo iniciamos y en donde nuestros amigos de VianaTrilhos tenían todo preparado para la celebración del tradicional magosto.

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