lunes, 3 de marzo de 2014

Circular: Senda Da Pedra Do Lobo En Covelo

Es domingo, suena el despertador, son las siete de la mañana y toca caminata. ¡Pero si están cayendo chuzos de punta!!! ¿Chuzos? ¿Y eso qué es? ¡Pues, agua a mares sobre Pontevedra!
Pues... Ni con esas... Vosotros sabéis que una lluvia de nada, no impide que salgamos a recorrer nuestra maravillosa geografía y así poder mostraros un rinconcito más en El Blog Grupo De Andainas Rías Baixas.
Para ello nos hemos desplazado una vez más hasta el Concello de Covelo. Y como con el Carnaval y sus desmadres, el cuerpo ya no está para permanecer mucho tiempo en remojo, hemos elegido una ruta cortita, algo menos de 9 km, pero suficiente para estirar las piernas y matar el gusanillo.
La ruta, circular, es conocida como “Senda Da Pedra Do Lobo” y, en verdad os digo, que es una auténtica maravilla. Como digo, es una preciosa ruta promovida por la Comunidad de Montes de Santiago de Covelo.
La senda en sí, cuenta con algún km más, pero no se puede luchar contra los elementos. Así el agua nos impidió avanzar hasta llegar a A Rega de Coallos, y también desistimos de subir hasta Coto Barobe, desde donde, en días despejados se contemplan magníficas vistas, pues la niebla se nos echaba encima y decidimos continuar antes de que nos impidiese la visión del camino.
Añadir también que la ruta en sí, está señalizada, pero en vez de contar con las clásicas señales blancas y amarillas de pequeño recorrido, está marcada con postes de madera en los cuales se ven un caminante y un lobo, a veces la huella del lobo, en color rojo, y encima del poste una flecha blanca indicando la dirección, única, que debe tomar el caminante. Quiero decir que aunque es una ruta circular las marcas sólo indican la dirección en el sentido antihorario. Y ese es el recorrido que hemos hecho nosotros, saliendo del barrio de O Castro, en Covelo.
Comenzamos la caminata en el lugar de O Castro, y ya en el inicio nos vimos gratamente sorprendidos por la belleza del río Porrón, también llamado río Ponte Piñeiros y que este día, y debido al invierno tan lluvioso del que disfrutamos, nos ofrecía un fantástico espectáculo, deslizándose pendiente abajo en cascadas y rápidos llenos de agua, estruendo y potencia.
Y continuamos ascendiendo siguiendo el cauce del río durante un buen trecho. Y, a pesar del día, que además de la lluvia nos obsequió con una densa niebla, la cual nos pribó de las vistas en algunos tramos, era una auténtica gozada el ir caminando con el bonito paisaje que se presentaba ante nosotros y al mismo tiempo poder ver y, sobre todo, escuchar la presencia del río, y del agua en todas sus manifestaciones.
Señalar también que durante todo el recorrido se nos presenta un camino muy variado, sin obstáculos, dificultades ni grandes desniveles para el caminante y sin la presencia de asfalto.
La senda está perfectamente acondicionada y vamos pisando sobre  pistas forestales, a veces alfombradas por las hojas caídas, o simplemente cubiertas de hierba, senderos de tierra, o empedrados, y maravillándonos con toda la belleza que la madre naturaleza nos ofrece en estos parajes:
No sólo las impresionantes cascadas y rápidos que el río nos ofrece, sino también la frondosidad y variedad de los árboles: los típicos de ribera, pinares muy cuidados, robles, castaños, abetos, algún que otro alcornoque...
Había momentos a lo largo del recorrido en los que yo pensaba que estábamos atravesando un auténtico bosque encantado... Musgo, helechos, líquenes, piñas, colmenas, caballos apareciendo en la niebla... 
Aunque también hay partes de la ruta en las que el bosque casi desaparece y da lugar a otros ecosistemas como las brañas, pastizales, casi siempre húmedos, y que aquí cuentan con nombres tan sonoros como las de Chan de Lodoso, Rega dos Coallos, Porta do Boi, Porcas Preñas...
También reseñar los elementos arquitectónicos aportados por la mano del hombre a lo largo del tiempo: petroglifos, molinos, fuentes, áreas recreativas, muros, puentes, cruceiros, calvarios...
Y después de este corto periplo por los lugares antes mencionados llegamos hasta El Castro De Covelo en donde admiramos la belleza del lugar, un precioso enclave, así como la del calvario y del cruceiro allí existentes.
Por cierto, que es en la base de este último en donde podemos apreciar los petroglifos anteriormente reseñados. Y ya sólo nos restaba descender de nuevo hacia el río para dar por terminada la caminata en medio de la espectacularidad de las cascadas formadas por las turbulentas aguas y que dibujaron en nosotros una sonrisa de permanente satisfacción por haber podido estar allí disfrutando de esta pequeña maravilla. ¡No os la perdáis!
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2 comentarios:

  1. Que bonitas son todas las fotos, parecía un día de lluvia?

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  2. ¡Hola Inés! Síiii era un día de mucha luvia... Pe5ro nosotros caminamos igual, aunque llueva a mares...

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