lunes, 24 de noviembre de 2014

Por Tomiño, Acompañando A Los Regatos Dos Bravos, Da Fábrica Y Dos Medos

Y la ruta que os traemos esta semana hasta El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas transcurre por el Concello de Tomiño.

En concreto nosotros pusimos el punto de comienzo y final en Vidancelle, parroquia de Estás y nos dispusimos a recorrer las tierras bañadas por los regatos Dos Bravos, Da Fábrica y Dos Medos.
La primera parte a orillas del regato Dos Bravos es lisa y llana sorprendiéndonos ya de mañana con la belleza de sus orillas.
De destacar el lugar en donde se emplaza un conjunto de molinos, algunos recién restaurados, y que nos reflejan la riqueza de la zona en algún tiempo no muy lejano en donde era habitual acudir a este paraje para realizar la molienda.
La espectacularidad del entorno se ve realzada por la presencia de varios rápidos del río, y una fantástica cascada que estuvimos contemplando embobados durante largo rato.
Continúa la senda llevándonos por entre pinares, robles y algún que otro alcornoque, observando muy cerca del caminante múltiples viñedos con su formación en hileras, y ahora ya desprovistos de su rico fruto.
Durante el recorrido veremos que hay variedad de posibles itinerarios, queda al libre albedrío del senderista la elección de uno u otro, pues siempre permanecerá rodeado de maravillas y, en días claros, se obtendrán magníficas vistas del valle y más allá.
Siguiendo el curso del regato Da Fábrica nos encontraremos un área recreativa con un nombre singular “O Delirio do Poderoso” y en donde, seguramente en verano, se disfruta plenamente bajo la sombra de los pinos.
Y ya acompañando al regato Dos Medos iremos hacia nuestra meta, encontrando plantaciones de kiwis a nuestro paso y avistando El Santuario de San Campio de Lonxe, allá en la lejanía.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Molinos Del Tripes, Monte Aloia Y Castro Alto Dos Cubos En Tui

Y una semana más traemos hasta El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas una ruta de gran belleza.
Transcurre por las tierras de Tui bañadas por uno de los afluentes del Miño, el río Tripes, también conocido como regato Cotarel, que, debido a la cantidad de agua caída estos días, ofrecía momentos realmente espectaculares, tantos que no sabríamos cuál de ellos destacar.
Nosotros comenzamos en un área recreativa en el lugar de Circos, parroquia de Pazos de Reis, y ya desde el primer momento nos vemos deslumbrados por la espectacularidad formada por la confluencia de la belleza del agua y la aportación de la mano del hombre en estos parajes en forma de molinos que jalonan el margen derecho del río.
En un primer momento nuestra ruta irá acompañando al río, que va formando paisajes realmente bonitos, unido su líquido elemento a los especímenes arbóreos de ribera entre los que destacamos un precioso hayedo que en esta época de otoño presentaba en su colorido, toda la variedad que la paleta del artista puede ofrecer.
 La claridad y transparencia del agua y la increíble vitalidad de las cascadas que iba formando producían gran emoción en los senderistas.
 Y de belleza en belleza van caminando y serpeando con el camino, a veces estrecho, a veces amplio, a veces de tierra, y también, sobre caminos empedrados en donde se percibía el paso del tiempo en los surcos hechos por los carros en su ir y venir en el quehacer cotidiano.
A veces sortearemos el río a través de pasarelas de madera, puentes varios y también a través de primitivos pontones de piedra llenos de encanto.
 Llega el momento de dejar atrás el río y entre pinares y sendas de tierra, nos encaminamos hacia el llamado Castro do Alto dos Cubos.
Allí, pudimos contemplar los vestigios de la antigua Civilización Castrexa que habitó este lugar antes y después de la colonización romana. Se pueden apreciar perfectamente varias viviendas reconstruídas, dos de las cuales conservan el vestíbulo.
Destacar la belleza de todo el entorno con pinos, robles y castaños, resaltada, si cabe, por el colorido del otoño. Y recalcar la buena vista que tenían nuestros ancestros para la elección del lugar en donde morar pues desde allí se tiene una perfecta visión de todo el valle a sus pies.
Y dejando atrás nuestro pasado, el senderista, a través de bosques formados por pinos, robles, castaños y algún que otro alcornoque, sin pausa pero sin prisa, va dirigiendo sus pasos hacia la cumbre de la ruta. Y esa cima es nada más y nada menos que El Parque Natural del Monte Aloia declarado Parque Natural en 1978 e incluído en Red Natura en el año 2000. 
Allí, además de un entorno muy cuidado, podemos apreciar la tranquila calma de los animales disfrutando de su libertad.
Asimismo la mano del hombre nos proporciona elementos para nuestro disfrute. Así a través de un sendero adornado con un viacrucis llegaremos al Alto de San Xiao con La Gran Cruz de 1900 y en donde encontraremos también rocas erosionadas por la acción del viento y que presentan curiosas formas.
También avistamos el Santuario de San Xiao, con um magnífico cruceiro en su atrio, y en donde además de este santo se venera a San Fins y a La Virgen de las Angustias.
Dicen que antiguamente El Monte Aloia estaba rodeado por una muralla ciclópea de la cual todavía se pueden ver algunos de sus impresionantes sillares de piedra desde uno de los tantos miradores desde donde, a su vez, en día claros, podemos contemplar la belleza inmensa de nuestra Galicia y más allá.
Y no os desaniméis pensando que es difícil la ascensión hasta la cima del Monte Aloia. En absoluto. El senderista va ascendiendo paulatinamente encontrando algún que otro rellano en donde aspirar profundamente observando la belleza que nos circunda. Uno de esos momentos de descanso podéis encontrarlo en las inmediaciones de la otrora casa forestal, ahora Centro de Interpretación del Parque.
Allí disfrutaréis del relax proporcionado por las aguas de una fresca poza en un área recreativa muy cuidada.
Y ya toca ir descendiendo y buscar el regreso. Y lo hacemos primero bordeando la cumbre y después por un precioso y estrecho sendero al borde de un canal de riego en cuyo final nos encontramos un espléndido estanque que, en días soleados y calurosos, seguro que más de uno  aprovechará para un buen chapuzón.
Y cuando pensábamos que ya estaba todo visto, todavía nos vimos gratamente sorprendidos con esta maravillosa cascada. ¡No os la podéis perder!

lunes, 10 de noviembre de 2014

Circular Venda Da Giesta, Vinheiros, Almofrela En Portugal

Hoy en El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas os dejamos una variante de la ruta Pedras, Moinhos e Aromas de Santiago en Marco de Canaveses, Portugal.
Esta vez partimos del lugar de Venda da Giesta, concretamente del Refugio de Montaña que la asociación Amigos do Rio Ovelha tiene en dicha localidad.
Ya desde el primer momento, y también a lo largo del recorrido, vamos contemplando la dualidad del paisaje con espacios agrícolas amorosamente cultivados y que presentaban el aspecto propio del otoño, y la inmensidad de La Sierra de Aboboreira formada por masas rocosas que presentan curisosas formas a los ojos del caminante que se acerca por aquellos parajes.
A veces recorreremos tramos estrechos en donde caminamos en fila india, otras, marcharemos por lugares amplios con el infinito como límite, y ocasiones hay en donde el camino va encajonado entre muros con la belleza de la verde pátina del musgo en sus piedras.
También iremos serpeando con el sendero encontrándonos masas forestales formadas por pinos, robles, álamos, cedros, castaños y otras variedades arbóreas, e incluso zonas casi despobladas de vegetación, dependiendo de la zona más o menos alta en la que nos encontremos.
La senda está repleta de historia y nos va llevando, en un fácil caminar para el senderista, a través de lugares con gran encanto como por ejemplo la parte de Vinheiros, en donde encontramos una serie de molinos, escalonados uno detrás de otro, mientras el caminante no hace más que admirarse al contemplar la perfecta conjunción de la naturaleza y la mano del hombre que, antaño, sabía aprovechar a la perfección los recursos a su alcance.
Siempre que camino en este tramo de la ruta, me parece realmente espectacular.
En cualquier época del año la belleza de la ruta es notoria, pero más si cabe en estos meses de otoño, viéndonos además ayer acompañados por una niebla matinal y multitud de nubes variopintas a lo largo de la caminata, que añadieron más tonos, si cabe, a la ya variada paleta de colores.
La animación fue constante a lo largo del recorrido viéndonos sorprendidos con alguna representación teatral. Y algo que también reconfortó algo más que el ánimo de los participantes fue la parada para tomar un pequeño refrigerio, en la ya famosa Tasquinha do Fumo, en Almofrela, Baião, que se encuentra dentro del itinerario y en donde se tiene la seguridad de que siempre vas a salir contento de allí por las ricas viandas preparadas al estilo tradicional portugués en la típica lareira y horno de leña.
También reseñar la variedad de muestras del patrimonio arquitectónico, ya que además de los molinos antes nombrados, podremos admirar antiguas casas de piedra, hórreos, graneros, fuentes, lavaderos, calzadas empedradas, antiguas levadas, cruceiros y, en esta parte de la ruta, la Capilla de San Blas en Almofrela.
Y, dada la época en que nos encontramos, la alegría continuó con la celebración de un magosto, acompañadas las castañas con unas típicas papas de maíz, al final de la caminata, cerca de La Iglesia de la freguesía de Soalhães clasificada como Monumento Nacional por sus primitivos elementos románicos.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Molinos Del Río Xabriña Y Montes De Mouriscados

El río Xabriña es un afluente del río Tea con el que se une en Mondariz Balneario, el ayuntamiento más pequeño de España.
Y sabiendo que en sus orillas acumula verdaderos tesoros, tanto naturales como etnográficos, nos dispusimos a ir a su encuentro, una vez más, y así daros a conocer una más de las bonitas rutas que por sus orillas transcurren.
La primera parte coincide con la llamada ruta de los molinos de Mouriscados, o molinos del río Xabriña, pero no hay que confundirla con la famosísima senda etnográfica del río Xabriña que transcurre aguas arriba de éstas por las que hoy caminaron los senderistas del Blog Grupo Andainas Rías Baixas.
Nosotros comenzamos la ruta en el lugar de Poñe y ya desde el comienzo es un pleno disfrute de la naturaleza en forma de bosque de ribera y de río corriendo desbocado y pleno de agua su lecho en busca del río Tea.
Continuamos remontando el río por su margen izquierda y nos irán saliendo al paso las figuras de diversos molinos cada uno con su nombre, cada uno con su sello característico de belleza.
Un marco espléndido nos envuelve y nos lleva más allá, atrás en el tiempo y nos hace creer estar en un auténtico vergel. Contribuyen a ello las tonalidades de los árboles, las otoñales alfombras de hojas en el suelo, el río rugiendo en su galopar, la frescura y humedad que se respira, un verdadero placer para los sentidos.
Nuestro caminar se hace lento, pero no por dificultades en el camino, sino porque no queremos salir de allí, queremos seguir contemplando tal espectáculo de la conjunción de la naturaleza y la mano del hombre.
A veces caminamos tocando el agua misma del río, otras, las antiguas levadas nos alejan de ella pero nos conducen a maravilla tras maravilla.
Son todos los molinos tan distintos y bonitos, algunos con la hiedra trepando por sus paredes o cubiertas de musgo y con telarañas sus puertas, que no sabríamos con cuál de ellos quedarnos.
Pero los senderistas siguen su rumbo y llegados a Cavada do Polainas tomamos un pequeño descanso contemplando un área recreativa que se inunda en inviernos muy lluviosos pero que en verano proporciona sombra, paz y sosiego a quien por allí se acerca.
Continuamos la marcha por caminos rurales de servicio a fincas, bordeando verdes prados para el ganado, serpeando por viejas corredoiras, deslizándonos a través de rústicos cierres, y contemplando la obra de arte del verde musgo en las piedras.
Y cuando pensamos que ya los molinos habían quedado atrás, llegados al área recreativa de Campo do Río, nos deparamos con un rincón realmente mágico con antiguos pontones para cruzar sobre el caudaloso río y la magnífica estampa del molino de Arriba, contemplándonos imperturbable.
Y toca volver a nuestro punto de inicio y lo hacemos alejándonos del río y recorriendo los montes de Mouriscados. A nuestro paso, pinares, carballeiras, soutos y algún que otro alcornoque proporcionan la nota enxebre a la ruta que va discurriendo amena y tranquila por caminos arenosos, de hierba o de zahorra.
Tampoco descuidamos la parte de arquitectura religiosa representada por la capilla de San Xoán cerca de Campo do Río, y el cruceiro, peto e iglesia de Mouriscados.
Asimismo veremos varias muestras de casas de piedra, fuentes y especímenes de hórreos diversos.
Reseñar que es una ruta muy fácil para el senderista, en donde la primera parte, la de los molinos, está indicada con unos paneles de madera colocados al efecto, pero no así la segunda parte de regreso a Poñe.
Una senda que realmente os recomiendo, llena de belleza y encanto que seguro os va a gustar.