lunes, 30 de marzo de 2015

Armenteira, Monte Castrove Y Cascadas del Río Pereiro

Nuestra ruta de esta semana tiene como punto de inicio el monasterio románico de Santa María de La Armenteira.
Y desde el marco incomparable de este monumento del S. XII que perteneció en sus orígenes a la Orden del Císter, los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas comenzaron a ascender inicialmente por un tramo muy bonito coincidente con El Camino del Salnés a Santiago y con las aguas del Río Armenteira por compañía.
La mañana estaba fría pero enseguida entramos en calor ayudados por la pendiente, nunca excesiva, que nos íbamos encontrando. Ayudaban al senderista las bonitas vistas que se ofrecen a su paso y el camino empedrado con las huellas del pasado marcadas sobre él.
Llegamos a las instalaciones del campo de golf pero no nos detuvimos a hacer unos hoyos, sino que continuamos por una senda estrecha que nos llevaría hasta el curro de A Escusa. Caballos en libertad contemplaban en silencio nuestro caminar rápido y ligero.
Y serpeando por la ladera del monte nos encaminamos hacia una de las metas de los senderistas en este día. El caminante va tranquilo y relajado pues la subida se hace paulatinamente, casi sin pensar.
El espectáculo que contempla todo a su alrededor es una maravilla. Aún con la nieblina existente este día se percibe claramente el Valle del Salnés, el mar allá en la lontananza, la Isla de A Toxa, La Ría de Arosa... Y hay quien dice, que en días despejados se alcanza a divisar Cabo Silleiro, y también cumbres lejanas del interior de nuestra Galicia.
Y la cumbre de la ruta no es otra que la del Monte Castrove, un balcón perfecto para otear Las Rías Bajas. Los senderistas se detienen un tiempo contemplando la laguna allí formada y que esta gélida mañana mostraba el hielo de su azulada superficie congelada, y también una peculiar y bonita mesa de piedra.
Toca ahora ir descendiendo para ir al encuentro del Río Pereiro y la maravilla de ese regalo de la naturaleza en forma de cascada que forman sus aguas y la orografía de su accidentado lecho.
Contribuyen también al encanto del lugar una refrescante poza y un rústico puente de madera para pasar a la otra orilla.
Nosotros, este día, no lo cruzamos sino que rehicimos un trecho del sendero para ir cerrando el círculo e ir regresando a nuestro destino. Por el camino nos vamos encontrando preciosas visiones de La Ría de Pontevedra, su boca y la inconfundible silueta de La Isla de Tambo en el medio.
Y no dudéis en acercaros hasta el paraje en donde se encuentra una de las manifestaciones artísticas de nuestros ancestros, El Petroglifo de O Outeiro do Cribo.
Y disfrutar de las vistas de nuestra ría, y más, que desde diversos puntos podemos contemplar.
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sábado, 28 de marzo de 2015

¡ Nuestras 120.000 Gracias!

¡Y ya están ahí las 120.000 visitas y con ellas nuestras 120.000 gracias! 
120.000 gracias a todos vosotros, amigos y lectores, que nos acompañáis en nuestras andanzas reales y virtuales por las bonitas tierras de nuestra Galicia, España y Portugal.
En nuestras próximas correrías esperamos seguir contando con vuestro apoyo. ¡Nosotros seguiremos aquí, fieles a nuestra cita! 
Thank you! Merci Beaucoup! Danke Shoen! Tante Grazie! Muito Obrigada! Moitas Grazas!

lunes, 23 de marzo de 2015

Serra Do Galiñeiro Y Roteiro De Zamáns

En La Sierra Do Galiñeiro se encuentra una de las cumbres más altas de Las Rías Baixas. Y por una de sus cimas pasa el mítico PR-G 1.
Ya hace tiempo que queríamos escalarla, por eso es uno de los puntos fuertes de la caminata que os contamos esta semana en El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas. Comenzamos nuestro paseo al borde mismo del embalse de Zamáns. Y lo hacemos siguiendo la senda abierta por los pescadores para dedicarse a su actividad favorita.
Esta parte es una auténtica maravilla, pues a la presencia del agua, se une el encanto de la senda en sí, un estrecho camino a veces cubierto de hojarasca de los árboles propios de ribera.
Contribuyen a dotar de magia al lugar, los elementos arbóreos que van originando formas caprichosas, y a quienes la humedad reinante ha cubierto de una verde pátina, que a veces resulta fantasmagórica.
Pero no son para nada hostiles, sino que van ofreciendo su abrigo al caminante que por allí se aventura.
Este paseo se encuadra dentro del Roteiro Arqueolóxico de Zamáns en donde también podemos encontrar el bonito conjunto de Los molinos de Vilaza, restaurados para el goce del visitante, en un bonito entorno al que accedemos vadeando casi como podemos el río Amial que por allí pasa.
Este mismo río lo cruzamos después de ver los molinos, por un rústico puente de troncos que hace las delicias del senderista.
Y toca ya ir ascendiendo para acercarnos a la base del Galiñeiro. Es una subida paulatina que se hace ágilmente, con la masa pétrea vigilándonos desde su atalaya.
 Al llegar, nos recibe una acogedora área recreativa, en donde respiramos con calma para enfrentarnos a lo que nos esperaba un poco más arriba. Y eso era ni más ni menos que la subida al Galiñeiro Norte.
Lo hacemos por un escarpado sendero que va serpeando por entre las numerosas rocas que nos salen al paso.
 De vez en cuando nos paramos para coger aire y admirar las impresionantes vistas que desde allí se ofrecen al senderista.
A veces la subida es algo vertiginosa, de piedra en piedra, y a veces terminamos ayudándonos de las manos para acometerla y llegar a buen puerto.
Una vez arriba las vistas compensan el esfuerzo y nos sentimos realmente contentos de haberlo conseguido. Continuamos nuestra marcha cresteando y avistamos allá abajo el embalse desde donde habíamos partido.
Y, delante nuestra, un paisaje completamente distinto a todos los que hasta ahora habíamos traido al blog. Un paisaje casi árido, casi desprovisto de vegetación. Casi parecía que nos encontrábamos en otra tierra.
Una vez descendidos de la cumbre retomamos bonitos senderos y encontramos alguna carballeira.
Llegamos hasta la Ermita de Las Nieves desde donde además podemos observar allá a lo lejos la mole del Pianista sobre Porriño.
El senderista prosigue su marcha contemplando en la lontananza, y todo a su alrededor, por delante y por detrás, las siluetas de varias cumbres esperando, pacientes, las pisadas de sus botas y el toque de su bastón.
Todavía nos aguarda la sorpresa de una bonita y estrecha senda desde donde oteamos las aguas del embalse y fantásticas perspectivas de la ciudad y ría de Vigo.
Arribados de nuevo a la presa de Zamáns observamos su imponente estructura, y casi a sus pies un maravilloso conjunto etnográfico. Lo constituyen un viejo molino, una pontella de losas de piedra junto a una fuente también de piedra y el bonito molino Das Maquías.

lunes, 16 de marzo de 2015

Por Rianxo: Río Te, Dólmenes Y Petroglifos

El río Te es un río pequeño que, después de recorrer tierras de Rianxo, vierte directamente sus aguas al Atlántico.
Y para conocerlo, los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas, comenzaron a caminar muy de mañana cerca del puerto de Rianxo en la Ría de Arosa.
Primero callejeamos un poco conociendo el rico patrimonio de la villa en donde nacieron insignes escritores como Alfonso D. Rguez Castelao, Rafael Dieste y Manuel Antonio entre otros. Por cierto que podéis conocer las casas en donde vivieron, las tres en la misma calle.
Asimismo admiramos la Casa Consistorial, El Santuario de Guadalupe, la iglesia de Santa Columba, con un magnífico cruceiro al frente, y, la ahora biblioteca, antiguamente el pazo do Martelo.
Y ya alejándonos de suelo urbano tomaremos contacto con los montes cercanos, su verde vegetación y los tesoros que guardan para el avezado caminante que por allí se acerca. Se trata de diferentes petroglifos como el de A Foxa Vella o los del Alto Do Pilotiño.
También muestras de los enterramientos de nuestros lejanos ancestros como los dólmenes de Os Campiños.
El recorrido se camina fácilmente por entre pinares, eucaliptos, robles, castaños y algún que otro alcornoque.

Y no os perdáis las magníficas vistas que desde diversos puntos de la ruta se obtienen de la ría de Arosa, Rianxo...
Encontraremos áreas recreativas, fuentes y lavaderos, palomares... No faltan variados elementos de hórreos, algunos bastante grandes.
También diversos cruceiros, algunos de capilla como el de Meiquiz.
Para mí, la parte más bonita, es cuando llegamos por fin a orillas del río Te. Tomamos contacto con sus aguas en una bonita represa que anima el espíritu del senderista.
A partir de ahí vamos regresando hacia Rianxo caminando por el margen derecho del río. A nuestro paso salen figuras escondidas de antiguos molinos, a una y otra orilla.
La senda constituye un remanso de paz y tranquilidad. Contribuye a ello el propio río con el suave deslizar de sus aguas en gran parte de su discurrir.
¡Y qué decir de los rápidos que a veces forma jugando con las rocas que encuentra en su lecho!
El caminante desliza sus pies por entre la alfombra de hojarasca que todavía perdura. Variedad de árboles de ribera, alisos, sauces, álamos e incluso castaños proporcionan su sombra en todo momento.
El senderista cuenta con diversas pasarelas de madera o pontones de piedra para cambiar de orilla si así lo desea.
 Fantástico el puente de A Laxe.
Arribamos ya a la Playa de A Torre en donde su fina arena nos lleva a refrescarnos en las saladas aguas del Atlántico.
Pero tenemos que continuar el camino y lo hacemos a través de una elevada pasarela peatonal.
Que nos deja al pie del Castelo de A Lúa, en el paseo marítimo. A nuestra derecha el mar, y acompañándonos diferentes textos de los escritores que tuvieron su cuna en Rianxo.
Cuando llegamos al centro de la villa las estatuas de estos mismos escritores y también de Rosalía y la propia Rianxeira nos estaban esperando, incansables en sus jardines. Y, allí en el puerto, la silueta de la Capilla de San Bartolomé.
Y al mirar hacia el mar no pude menos que recordar la copla popular:
Oliñas, veñen, 
oliñas veñen, 
oliñas veñen e van...
¡Non te vaias rianxeira, 
que te vas a marear!