lunes, 14 de noviembre de 2016

Ruta Del Contrabando En Nogueira de Ramuín, Ourense

Los ríos Miño y Sil riegan las tierras por donde transcurre La Ruta del Contrabando que  os traemos hoy hasta El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas.
Nosotros iniciamos la caminata en Penalba y ya allí el Miño nos ofrecía esta visión culebreante de su curso.
Es otoño y los viñedos que pueblan estos lares nos agasajan con esta paleta de colores tan variada, distinta y sugerente.
A partir de ahí entramos en pleno bosque caminando por sendas que parecen encantadas con verdes muros musgosos a uno y otro lado.
Y que nos van ascendiendo paulatinamente por la ladera.
Es otoño, no nos cansamos de decirlo, y este año nos está regalando paisajes de ensueño.
Hay gran variedad de arbolado destacando los castaños que nos presentan mil y una caras.
Y que nos alfombran la ruta con sus hojas, sus erizos y sus ricas castañas.
Es una verdadera maravilla el poder caminar tranquilamente por este regalo de la naturaleza.
Nos encontramos con la sorpresa de dos lavaderos, ahora sin clientela, y nos preguntamos si realmente alguna vez la tuvieron allí en pleno bosque, en medio de la nada.
Ahora están allí simplemente esperando que bebamos la rica y fresca agua que mana de sus fuentes.
Abrumados por el espectáculo de color, y mil sensaciones más percibidas en el bosque, llegamos a Sobrado en donde paramos un rato para visitar su iglesia.
Y ya le toca el turno al Mirador da Lampa, conocido también como de Moura. Desde allí, en días despejados, se tiene una primera visión del río Sil. Nosotros tuvimos que contentarnos con el manto de niebla que lo cubría.
El camino que seguimos después está jalonado por multitud de bolos o rocas más o menos redondeadas como O Penedo do Trigo que alegran el paso del caminante.
No dudéis en acercaros hasta el paraje en donde se hallan Los Penedos de Rufino en donde os entretendréis un rato imaginando a qué os recuerdan las formas de sus piedras.
Y como quien no quiere la cosa nos encontramos delante de la fabulosa Pedra Longa.
El lugar es un auténtico mirador hacia el río Sil, y esta vez la niebla, nos permitió disfrutar de todo el paisaje.
¿Podéis entrever El Monasterio de Santo Estebo en la lejanía?
También los podemos visualizar a los dos, río y monasterio, desde O Castro de Moura.
El enclave constituye un verdadero balcón sobre el valle y las montañas en la lejanía.
Otra parte muy bonita de la ruta del contrabando es la que nos lleva a conocer una serie de molinos, casi encadenados, esperando al senderista.
Y nos adentramos de nuevo en el misterioso bosque gallego siempre lleno de duende.
Hasta escaleras tenemos para deslizarnos por ellas.
No faltan las albarizas, los muros de ensueño, las minas de agua, ni el colorido otoñal.
Y ya llegando al final de nuestra jornada todavía nos encantamos con este precioso momento.
¡Maravilloso! ¡Y es que las cosas bien hechas, y hechas con amor, bien parecen!
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