lunes, 26 de febrero de 2018

Cascada De Reboreda En Redondela

Aquí muy cerquita de Pontevedra nos encontramos con esta maravilla de Cascada.
Se desliza por tierras de Redondela, concretamente de Reboreda, por eso se conoce como Cascada de Reboreda.
Asimismo se le llama Fervenza de A Feixa.
Es una ruta muy cortita que tiene su comienzo oficial aguas abajo de la cascada.
En donde El Río Alvedosa camina ya más tranquilo.
Nosotros iniciamos la ruta al contrario entrando por uno de los molinos que antiguamente aprovechaba el agua del río para la molienda.
Y actualmente es un local de tapas en donde pasar unos momentos agradables al lado de la corriente de agua.
Una vez cruzado ya os topáis con nuestra protagonista en sus inicios.
Se puede recorrer sobre ella muy fácilmente a través de una pasarela de madera.
También se camina por sus laterales.
Y observamos en primera línea su agitada caída. 
Y sus dos ramales en alocado funcionamiento.
Fijaos también en los otros molinos que completan la escena.
Ya no están en funcionamiento pero siempre son silenciosos testigos de los trabajos de antaño.
Pero desde luego que nuestros ojos irán siempre detrás de la rompiente y deslizante sonoridad del agua.

sábado, 24 de febrero de 2018

Nuestra Luz En El Camino: Vuestras 270.250 Visitas

¿Y donde está la luz que ilumine el camino? Sólo tú puedes saberlo. Emprende tu búsqueda.
Nosotros ya la encontramos en vosotros, amigos, lectores y caminantes que por aquí os acercáis y hacéis posible que superemos las 270.250 visitas y conseguís que ¡continuemos en el camino! ¡Muchas Gracias!

lunes, 19 de febrero de 2018

Val Do Gato, Ponte Anceu, Cascada Da Feixa, A Airoa

Piedra y agua van a mantener una presencia constante en la ruta que os dejamos hoy en El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas.
Piedra y arte en La Iglesia de San Martiño de Verducido, A Lama, en donde nos gustaron los relojes de los torreones que flanquean la fachada y el cruceiro en uno de los laterales.
Piedra y musgo en los muros que cercan las sendas mullidas de sonora hojarasca sobre las que pisamos.
Piedra de superficies gastadas que conforman antiguos caminos hoy quizá en desuso.
Piedra en las casas abandonas y los cierres de las fincas del lugar de A Fraga.
Piedra e historia en Los Petroglifos da Laxe do Val do Gato que nos dejan la prueba de la presencia del ser humano en estos parajes desde los albores de La Humanidad.
Piedra en antiguas fuentes y lavaderos que si pudiesen hablar nos contarían mil y un cotilleos escuchados en épocas diversas.
Hay momentos en que la piedra hecha arte en manos de los sabios canteros se une con el agua dejándonos momentos inigualables como éste en donde El Puente Anceu se alza majestuoso sobre las aguas del Río Parada afluente del Oitavén.
Construido en el S. XVII tiene 5 arcos y calzada ligeramente apuntada.
En ella hay una especie de aparcamientos para dejar pasar carros y personas. No olvidemos que por aquí pasaba El Camino de Los arrieros que transportaban mercaderías diversas entre Ribadavia y Pontevedra
Y no cabe duda de que desde este puente su pueden contemplar a placer las dulces y azules aguas que discurren bajo él.
Pues resulta que los arrieros también pasaban sobre El Río Couñago unos metros más allá y lo hacían sobre esta maravilla de pontón que no podéis dejar de visitar.
También os animo a acercaros hasta el paraje en el que descansan dos solitarios molinos ahora abandonados a su suerte pero rodeados de agua y belleza.
En donde la pátina del tiempo pinta de verde las rocas del lecho y orillas del río Parada.
Tuvimos suerte con la meteorología, el agua en forma de lluvia no apareció. Sí lo hizo Lorenzo permitiéndonos disfrutar del calor suave de sus rayos.
Y de un cielo azul radiante. 
El agua del Río Parada, con su fragor, ponía también banda sonora a nuestra caminata. 
Nos gustó verlo en cada uno de los momentos, pero especialmente en donde forma su famoso meandro.
Y en su prolongación formando pozas bulliciosas y plenas de vida, deslizándose colina abajo.
Descansamos un rato de tanta agua llevando nuestros pasos a través de un robledal cuyos elementos, despojados de sus ropas, esperan ansiosos la llegada de la primavera.
Pero enseguida volvimos a la unión de piedra y agua y lo hacemos con este impresionante marco.
Aunque para llegar hasta él tuvimos que saltar algún que otro charquito.
Pero todo se olvida una vez sobre el pontón contemplando el espectáculo de las aguas.
Una vez cruzado continuamos la ruta y continuamos cruzando regatos, a veces, simples piedras nos lo hacían posible.
Y nos permitían poder caminar por bonitas corredoiras en donde parecía que el tiempo se había detenido.
Llegados a La Playa Fluvial de A Laxe lo primero que contemplamos es la imponente estructura pétrea del Puente Grande.
Tiene un solo ojo, une Entrerríos con A Airoa y sobre su lomo soportaba también el paso de los arrieros con sus carros. 
Y allí mismo seguimos maravillándonos con la obra de la naturaleza, con el río formando remansos y estruendosos rápidos. 
También hay muestras de la mano del hombre con varios molinos diseminados aquí y allá.
Y siempre en enclaves espectaculares.
Cercanos a las fincas cultivadas en socalcos, característicos de A Airoa.
El sendero que recorremos después sigue ofreciéndonos elementos para alegrar la vista y el espíritu.
Más momentos puente, río… Como aquí en Puente Rocín.
Más momentos molino, río…
La senda realmente parece de cuento.
Y llega otro de los momentos cumbre de la ruta cuando nos reencontramos con el río Parada en su forma más estruendosa. Primero al borde de la carretera, con sinuosos rápidos.
Y poco después con la impresionante sonoridad líquida de La Cascada de A Feixa.
 Que ese día nos ofrecía un auténtico espectáculo al que asistíamos emocionados y que recordaremos siempre.