sábado, 18 de mayo de 2024

De Castro Castrogeriz A Frómista, Camino Francés A Santiago

Aquí os dejamos la crónica de nuestra XV Etapa por El Camino Francés a Santiago que nos lleva desde Castrogeriz hasta Frómista.

La Colegiata de Santa María del Manzano, monumento emblemático de Castrogeriz, fue testigo de nuestro inicio.

Recorrimos los primeros metros por las calles del considerado uno de los pueblos más bonitos de España, teniendo sobre nosotros la señorial figura de su castillo recortándose en el horizonte.

Caminando por La Calle Real nos encontramos con La Iglesia de Santo Domingo de Estilo Gótico con bóvedas del S. XVIII

Callejeando nos encontramos con La Casa Consistorial y otros elementos que dan vida a Castrogeriz.

Como El Monumento al Fuero de Castrogeriz reconocido entre los primeros otorgados en El Condado de Castilla y que recoge el conjunto de derechos y privilegios otorgados en el 974 por García Fernández, Conde de Castilla, a la villa de Castrogeriz.

No pasamos por alto La Iglesia de San Juan con elementos arquitectónicos del S.XIII pero reconstruida siglos más tarde.

Ni La Fuente de San Juan ya a la salida de la villa.

Continúa el peregrino su periplo con un bonito amanecer ofreciendo un manto de nubes sobre los cerros circundantes que envuelve la atmósfera del camino con un halo de romanticismo.

El Río Odra riega estas tierras y lo cruzamos por un puente de madera bien arrebujados contra el frío mañanero.

El sol inicia su aparición tibiamente acariciando al caminante y disipando poco a poco la neblina que se diluye en las colinas del paisaje.

Iniciamos lentamente y con cautela el ascenso al Alto de Mostelares de considerable desnivel.

Pero tras unos resoplidos de alivio y recuperada la respiración, las vistas que se nos ofrecen bien merecen el haber llegado hasta allí.

Descendemos después un algo abruptamente sobre superficie cementada que bien requiere un algo de nuestra atención y que nos lleva a una senda entre campos cultivados en los que nos reencontramos con nuestros amigos los girasoles.

Para dejarnos al pie de La Iglesia de San Nicolás de Puente Fitero, antigua fundación de La Orden de Malta, de Estilo Románico con una sola nave y con origen en los S. XII y XIII.  

A pocos pasos El Puente Fitero, construido en tiempos del rey Alfonso VI a principios del S. XII, en Estilo Románico, nos ayuda a cruzar sobre El Río Pisuerga que por aquí se desliza.

Por cierto que sus aguas marcan la separación entre las tierras de la provincia de Burgos, por las que veníamos transitando, y las de Palencia, que recorreremos a partir de ahora.

Así, a pocos metros, nos recibe La Ermita de Nuestra Señora de la Piedad del S. XIII  que conserva restos románicos y góticos.

Ya en la localidad de Itero de La Vega cuya Iglesia de San Pedro Apóstol destaca sobre las demás construcciones.
El Camino sigue discurriendo placentero por la llanura castellana, flanqueado por altaneros árboles y fincas cultivadas gracias al agua proveniente del Canal del Pisuerga.  

Una pequeña área recreativa con antigua fuente romana incluida nos indica que estamos en las inmediaciones de Boadilla del Camino.

En cuyo corazón visitamos La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción declarada Monumento Nacional en 1981.  

Junto a ella se alza un gran Rollo Jurisdiccional de Estilo Gótico, obra del S. XV cuyo fuste presenta una rica decoración con varios motivos de inspiración jacobea.
A kilómetro y medio nos topamos con El Canal de Castilla, declarado Bien de Interés Cultural en 1991. Esta vía de navegación de más de 200 km aprovechando el agua de diferentes ríos, se realizó para poder llevar mercancías desde el interior de España hasta los puertos del norte del país.  

No dejamos de contemplar la única esclusa cuádruple del recorrido ya muy cerca de Frómista  cuyas compuertas facilitaban salvar un desnivel de casi 15 m.  

Antes de extasiarnos admirando la magistral Iglesia de San Martín de Tours fundada por Doña Mayor, Condesa de Castilla en 1066 y que constituye el edificio románico más puro y representativo de la provincia de Palencia.

Se trata de una iglesia con planta basilical compuesta por tres naves de bóvedas de cañón, de diferentes tamaños y separadas entre sí por medio de pilares compuestos. Es célebre por sus capiteles, casi todos diferentes, labrados con un extenso surtido de imágenes sacras y profanas así como con ornamentación vegetal y geométrica. 

En la decoración exterior sobresale la gran cantidad de canecillos con gran libertad temática, con figuras humanas, de animales fantásticos, temas grotescos  e incluso eróticos,…

También se aprecia “El Taqueado Jaqués” o “ajedrezado” consistente en una decoración a base de cuadrados, unos hundidos y otros salientes de forma alterna, dispuestos en líneas paralelas, similar a un tablero de ajedrez.

Y nada mejor que este final apoteósico para una ruta llena de vitalidad y cultura.

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