En Xunqueira de Ambía,
Ourense, se encuentra esta magnífica obra del Románico Galego: La Colegiata de
Santa María.
Estamos en tierras del Alto
Arnoia en donde se alza la espléndida estructura, toda ella una maravilla, considerada
Monumento Nacional desde 1931. Si pasáis por allí fijaos en la cantidad de
detalles originales que presenta.
Los senderistas del Blog
Grupo de Andainas Rías Baixas hemos tenido la oportunidad de contemplarla
cuando nos acercamos para realizar la ruta conocida como “ Sendero de Pelamios”.
A partir de aquí
iniciaremos la marcha por pequeños senderos rodeados de vegetación autóctona que
son todo un reclamo para el caminante.
Y que nos permitirán
disfrutar de las maravillas del bosque gallego, con castaños, robles, muérdago,
nogales,… desde el primer momento.
Poco tiempo después del
inicio nos encontramos con el Eco espacio de O Rexo.
Allí nos deleitaremos con
esculturas y pinturas del artista Ibarrola sobre piedras y también sobre los árboles
del bosque cercano.
¿Verdad que son fantásticas?
En O Rexo tomamos un
primer contacto con El Río Arnoia pletórico de belleza con el espejo de sus
aguas devolviéndonos la calma y el sosiego que por allí se respira.
¿Y qué me decís del pontón
sobre el que lo cruzamos?
Es otoño y bonitas
alfombras se van formando en sobre sus losas para que nosotros las pisemos.
Aunque todavía se ve
mucho color verde a nuestro alrededor.
Nos deslizamos por caminitos mullidos,
corredoiras y congostras, que nos piden
que caminemos por ellos.
Las verdes y musgosas
piedras de los muros también quieren nuestra compañía.
Además de la colegiata la
parte religiosa está representada con varios cruceiros como éste espectacular a
su misma verita.
También varias capillas
de la que destacamos la de La Virgen del Camino en A Pousa, como reflejo del
paso por estas tierras del Camino Vía da Plata a Santiago.
Al transitar por los pueblos
cercanos os saldrán al paso hórreos varios y casas de piedra, algunas todavía
habitadas y otras con nostalgia de épocas más ruidosas entre sus paredes.
También varias
formaciones rocosas con las que pasaréis un rato divertido adivinando a qué se
os parecen.
Además de los pontones
sobre el Arnoia también encontraréis este majestuoso puente que esconde su
timidez tras el tupido velo vegetal.
No podéis perderos el
paseo acompañando al río Arnoia ya en la última parte de la ruta en donde los árboles
propios de ribera son los protagonistas.
Río al que habíamos
reencontrado un poco antes formando un bonito rincón con pequeños rápidos que
hacen la delicia del caminante.
Y que algo más abajo nos
ofrece este refrescante momento cerca de la playa fluvial.
Por todo esto y mucho más
que descubriréis por vosotros mismos, os aseguro que es una ruta para disfrutar
con todos los sentidos.
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