lunes, 5 de febrero de 2018

Canos De Agua, Templo Y Citania De Santa Lucía En Viana Do Castelo, Portugal

El Templo de Santa Lucía se alza imponente sobre la ciudad de Viana do Castelo, Portugal.
Y es al pie de este santuario donde comienza la caminata que los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas realizaron por aquellos pagos.
Primeramente dedicamos unos minutos a admirar el templo y la vista que se contempla desde esta impresionante atalaya. 
Y nos decidimos a caminar sobre la llamada ruta de “Os canos de água” que al poco del inicio nos depara con la pétrea estructura de los “Arcos do Fintão”.
Una doble estructura sobre la que circula el agua.
Y que seguramente atesora lindas historias en las piedras de sus pilares.
Caminamos a través de ellos con facilidad.
Y hacemos otra pequeña parada con el lienzo azul de distintas tonalidades en el horizonte.
Y desde aquí mismo nuestros pies irán pisando sobre los canales de conducción de agua.
Con algún que otro momento interruptor de la monotonía como este acueducto allí solitario morando en medio del bosque.
Y que, con su gran tamaño, empequeñece al caminante.
Se va ascendiendo paulatinamente al tiempo que los caños nos van mostrando un vestuario variado en donde no falta el invernal verde musgo.
Si se os hace monótono el pisar siempre sobre los caños, hay bastantes tramos en los que se puede caminar por la senda lateral sin ningún impedimento para ello.
El líquido elemento es un compañero más de viaje, ya sea con su risa sonora o en forma de pequeños regatos que se deslizan ladera abajo con tranquilidad.
Al dejar atrás los caños cambiamos de escenario dejándonos llevar por caminos terrosos que por momentos nos agasajan con la visión del mar y de los montes lejanos.
Llegamos a San Mamede en el atrio de cuya ermita, en agosto, se celebra una feria de miel muy concurrida.
Atravesamos el silencioso pueblo y nos refrescamos con el agua de su fuente.
Una pista ancha y de fácil caminar escucha algo más tarde el sonido de nuestros pasos, botas, risas y bastones.
Y nos deja delante de “a casinha dos aviões”, ahora abandonada a su suerte, y en donde estaba proyectado un puesto de control aéreo que nunca se llevó a cabo.
Un aliciente más de la ruta lo constituye “A Citânia de Santa Luzia”.
Se trata de un poblado fortificado con abundantes vestigios de La Edad Del Hierro y del Período de Romanización.
Y en donde podemos ver claramente la dualidad de las casas de piedra circulares y rectangulares.
Se encuentra en un lugar privilegiado desde donde se divisa el estuario del río Lima y mucho más.
Demostrándonos que nuestros ancestros sabían muy bien en donde emplazar un poblado.
Se puede visitar y nos movemos por entre las construcciones a través de una laraga pasarela metálica.
O caminando por los mullidos paseos entre las construcciones.
En donde no es difícil echar a volar la imaginación y ver a los antiguos habitantes entrando y saliendo de sus casas…
Despertamos de nuestro sueño regresando al punto de inicio. Todavía tenemos tiempo de curiosear el jardín anexo al templo de Santa Lucía.
Y de admirar detenidamente el enorme rosetón del monumento.
Cuya vidriera refulge con el sol.
Más abajo, la ciudad aprovechaba el calor de los rayos de sol para enfrentarse a la fría noche del invierno.
 Y los senderistas recogían amarras con la sonrisa de haber disfrutado una cálida jornada.
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2 comentarios:

  1. O templo e o máis bonito de todos, oxalá puidese verse por dentro.

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  2. Só tes que achegarte ata Viana do Castelo, Portugal e pódelo ver por dentro! Incluso se pode chegar arriba de todo!

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